¿Qué es la fiebre amarilla?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos infectados. Ellos se concentran en las zonas tropicales de África, América Central y del Sur.
Se denomina “amarilla” debido a la ictericia que produce, es decir, la piel de los pacientes que la padecen se torna de un color amarillento.
Los síntomas de la fiebre amarilla por lo general son similares a los de otras patologías, por lo que puede confundirse con otros estados febriles. Los principales efectos de ella son dolor de cabeza, fiebre elevada, dolores musculares, vómitos y la ya mencionada ictericia.
Lamentablemente, existe una pequeña cantidad de pacientes que la padecen que llegan a experimentar síntomas graves de esta enfermedad y, aproximadamente el 50% de dichos casos fallecen entre siete a diez días después del contagio.
Tratamiento de la fiebre amarilla
En primer lugar, la mejor forma de combatir esta enfermedad es vacunarse contra ella al viajar a países donde se encuentra presente. Esta inmunización tarda entre cinco a diez días en completarse y una sola dosis puede durar hasta toda la vida de una persona. De hecho, gracias a este tipo de iniciativas, en África Occidental ya se han vacunado más de 105 millones de personas y, según señala la OMS, en el lugar no se han notificado brotes de fiebre amarilla en 2015.
Sin embargo, al contraer esta patología aguda, no existe un tratamiento para curarla, sino que lo que se realiza con sus pacientes es un tratamiento paliativo de sus consecuencias, es decir, ayudar al paciente a no caer en una severa deshidratación, así como a ayudarlos para responder adecuadamente ante la posible falla de órganos vitales como el hígado y los riñones, aunque ello se da solamente en casos graves de fiebre amarilla que, como se señaló anteriormente, no suelen darse en todos los casos de contagio. Incluso, algunas personas pueden padecer fiebre amarilla y superarla sin mayores complicaciones tras una semana de síntomas menos graves.
Fiebre amarilla en Chile
A inicios del siglo XX, la fiebre amarilla fue erradicada en nuestro país, tras un gran brote de esta enfermedad ocurrida en el año 1912. Tras ello, Chile es una nación libre de fiebre amarilla, puesto que se eliminó el contagio de mosquito a humano, puesto que esta patología no se transmite de persona a persona, sino solamente a través de estos insectos que se denominan vectores de contagio.
Lamentablemente, en enero recién pasado las autoridades nacionales informaron de un brote de fiebre amarilla en Brasil, por lo que se recomendó a todas aquellas personas que viajasen a dicho país que lo hicieran con la vacuna en regla. El anuncio causó caos en los centros de vacunación, y cientos de personas realizaron largas filas para conseguir la inmunización necesaria para viajar a este país latinoamericano.
De todos modos, hace algunas semanas la Embajada de Chile en Brasil informó de tres compatriotas que contrajeron la enfermedad en Isla Grande, en el estado de Río de Janeiro. Dos de ellos, Ernesto Faúndez (20) y Felipe Santander (35) fallecieron a causa de la fiebre amarilla, mientras un tercer paciente, Klisman García (27) se mantiene en observación en un hospital carioca a la espera que los médicos le den el alta para poder regresar a nuestro país.