Israel: El milagro del Agua.
Cinco plantas desaladoras, en este país semidesértico, han logrado convertir el agua del mar Mediterráneo en potable.
Abastecen el 75% de los hogares israelitas, en su consumo doméstico, y el restante 25% se obtiene a través de otras fuentes como la lluvia o el río Jordán.
El Estado no tiene problemas de agua, incluso, envía una parte a otras naciones vecinas, como Egipto.
Un recorrido por la mayor planta desalinizadora del mundo, ubicada en Israel, Sorek, permite conocer sus importantes cifras. En un proceso de una hora, miles de litros tomados del Mediterráneo son transformados en fluido potable y enviados a Mekorot, que es la compañía nacional de agua de la nación.
Sus operaciones comenzaron en 2013. El 100% de la planta está automatizado, trabaja las 24 horas y su cuarto de control sólo requiere de dos personas por turno.
A dos kilómetros del mar Mediterráneo y a 15 kilómetros al sur de la ciudad de Tel Aviv, Sorek abastece a 1.5 millones de personas o 20% de la demanda de agua doméstica en el país.
La demanda anual de agua en Israel asciende a 2 mil 200 millones de metros cúbicos, los cuales se dividen entre el sector doméstico, la industria y la agricultura.
Israel es un país muy seco, la demanda anual de la industria es de 140 millones, 733 millones es la demanda del consumo doméstico y mil 200 millones para la agricultura.
Ha logrado tener un desperdicio menor a 10% de agua, cifra muy menor comparada con otras ciudades como Londres, que desaprovecha hasta 40%.
Los mensajes clave para los niños son nunca dejar la llave del agua abierta cuando se lavan los dientes o se bañan; concientizarlos de que viven en un país semidesértico y que la falta del elemento puede ser un grave problema.
En Israel se paga un mismo precio, el cual ronda a 2.5 dólares por metro cúbico, que es revisado cada año. Pese a tener diferentes tipos de zonas, niveles socioeconómicos y necesidades a lo largo del territorio, la administración del país cobra a toda la población la misma cantidad.
El costo total de todo el sistema hídrico de Israel ronda los 2 mil 500 millones de dólares, por lo que la cifra debe cubrir este valor. De cada uno de los siete ministerios israelíes sale un representante para conformar el consejo de la Autoridad del Agua, quienes son profesionales o expertos, que no tienen vínculo con temas políticos.
No hay presupuesto gubernamental para el sector, todo debe ser cubierto por el precio, el cual está en relación con los costos para la producción, desalinización y abastecimiento en las ciudades.
Como política pública Israel ha logrado que, tanto los agricultores con un riego inteligente de los sembradíos, como un ahorro consciente del agua por parte de la población, se transformen en factores que han dado solución a la mayor parte del problema que es el desperdicio del líquido, que ocurre con frecuencia en países en desarrollo.
Por ahora, el milagro del agua es un hecho en Israel. Fue necesaria más de una década para lograrlo y más de 50 años en crear las tecnologías para un territorio semidesértico que incluso comparte el líquido con sus vecinos, y busca prevenir con sus conocimientos al mundo para evitar una crisis futura.
Fuentes diversas y propia información.
METRO Newsweek